Valle, un pensador para nuestro tiempo Por: Aldo Romero
Por: Aldo Romero/Periodista y Catedrático Universitario
Estoy seguro de ser uno de los muchos hondureños que creció con la idea de un José Cecilio del Valle conservador, opuesto a la causa independentista, quizás porque eso nos enseñaron de manera muy superficial en la escuela, o talvez porque a nivel del sistema educativo nacional se perdió de vista la importancia y la trascendencia del pensamiento de nuestros próceres. Sin embargo, debo reconocer que en la medida en que me he involucrado en la lectura de su pensamiento y visión encuentro a un hombre diferente, un estadista brillante, un pensador anticipado a su época.
Involucrarse con el pensamiento de Valle es una verdadera y apasionante revelación. La característica que mejor le define es la de un sabio pensador, solido en sus convicciones y aspiraciones a pesar de ser objeto de discriminación en Guatemala por su condición de provinciano.
En Honduras sin duda hemos sido injustos al desconocerlo, negarlo o tergiversarlo, el escritor, abogado y periodista hondureño Medardo Mejía lo define como “uno de los mas importantes precursores del movimiento de la liberación nacional de América Latina”, incluso reconocidos autores como el periodista, filosofo e historiador hispano costarricense Constantino Láscaris coincide con la visión de don Medardo y agrega que Valle es “inclasificable”.
En un discurso pronunciado ante el Congreso Federal de Centroamérica el 28 de marzo de 1826, Valle destacaba que “el espíritu creativo de los centroamericanos tenia que plasmarse en la necesaria edificación de una patria nueva, esto implicaba construir ciudadanía, potenciando los gérmenes del progreso” y decía, “unos argumentaran que somos incapaces, que es preferible dividir la nación o entregarla al dominio extranjero, otros, los patriotas, multiplicaran sus esfuerzos para afrontar el reto, y harán uso de su capacidad en distintas trincheras; en la educación, en la ciencia, en el arte, en las milicias, en el comercio o en su condición de diputados”.
Y agrega; “La independencia de una nación se consolida interesando en su justa causa a los individuos que la componen. Cuando el interés los une en derredor del nuevo sistema, cuando hay identidad de sentimientos y opiniones, la marcha de un pueblo es rápida y tranquila….cada ciudadano es un soldado o un orador de la patria.”
Partidario de la Libertad de hablar y de escribir, consideraba que no debía abusarse de este derecho al extremo de afectar la nación y refería que “si calumniar a un individuo desde el papel publico es un delito, comete un crimen mucho mayor aquel que agravia a la patria, y por tanto su castigo debe ser mas severo”.
Valle promovía la cultura de la vida sobre la muerte, en una carta escrita a su amigo José María del Barrio en Guatemala, advertía sobre la paz “sufro mucho viendo que no la hay….una guerra externa une a todos los hijos de la nación contra el agresor, pero las intestinas hacen enemigos encarnizados a los que deberían ser hermanos bienamados”.
Por ser un hombre enseñado y formado en calidad, reflexionaba sobre la educación de los pueblos, “La sociedad fundada para propagar los conocimientos tiende al mismo fin que las escuelas, ¡ilustración!, Si hay gobiernos absolutos, si existen todavía tiranos o déspotas, es porque los pueblos han sido sometidos a la ignorancia”.
Valle no podía ser ajeno a este tema y en la celebre Memoria sobre la educación, la que redactó en el convento de Santo Domingo en 1829 consideraba al proceso educativo como “una especie de creación” porque lo que se busca a través de el, es formar a un ser que no existía del modo que se ha formado, es darle conocimientos útiles y hábitos morales que exigen su conservación y perfección” y cierra con contundencia, “por eso los déspotas y tiranos fomentan conscientemente la ignorancia, porque en el fondo quieren gobernar sobre hordas de animales bípedos”.
Expresaba Valle que la educación debe formar al ciudadano y decía de los maestros, que “estos deben ser portavoz de los intereses de la sociedad y para ello, es preciso que no pertenezcan a aquellas clases que por desgracia tienen intereses opuestos a los del pueblo”.
Ciencia, verdad, educación, conciencia y transformación, son conceptos clave a los que el sabio Valle daba especial relieve, quizás influenciado por su mentor Goicochea quien en forma fraternal le decía; “estudia sin respiro, estudia con intensidad, este es el único camino a la estrella”, y ese mensaje seguramente, fue el que le acompañó a lo largo de su existencia.
Referencias: “Valle: su tiempo y el nuestro”, de Matías Funez Valladares.
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