El paralítico de Betesda

Por: El Dr. Mauricio Loredo

5 Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.

2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. 3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. 4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? 7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. 8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo[a] aquel día.

10 Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo;[b] no te es lícito llevar tu lecho. 11 Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 12 Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? 13 Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. 15 El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. 16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. [C] 17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18 Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, [d] sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

Jesús interviene personalmente sobre esta persona que puede representarnos a cada uno de los lectores de este escrito.

El estar paralítico es una condición terrible de dependencia de otros y caridades de otros y sacrificios de otros y aún así, estar siempre en desventaja hablando también desde el punto de vista espiritual.

Un estanque, donde el agua está sin movimiento, no hay oxigenación de la misma.

Jesús llega a nuestras vidas y lo tenemos frente a nosotros y nos hace la pregunta: ¿Quieres ser sano?

Jesús sabe que nadie más puede hacer esto que Él está haciendo por este hombre, porque requiere misericordia y compasión el acercarse a un incrédulo, siendo representado en un paralítico.

Basta solo con decir: si quiero Señor!

Esta respuesta positiva a Jesús traerá un mar de bendiciones a nuestras vidas y sabemos que se levantarán otros contra la bendición que hemos recibido de Jesús aún en el tiempo no establecido o sea fuera de tiempo; en el tiempo Kayros

Este es el tiempo de vivir en el Kayros una vez que Jesús nos toca a nuestra vida y no veamos el tiempo Cronos que nos limita y nos ata a una rutina, vivamos en el tiempo  de Dios , porque su toque y misericordia están de nuestro favor , este acto nos debe guiar a reunión con otros no paralíticos sino con creyentes en espíritu y en verdad . No regrese al estanque y viva en la fuente viva que es Jesús nuestro Señor y Salvador.

Recuerde las palabras de Jesús a la samaritana: correrán fuentes de agua viva para vida eterna.

Ahora nuestro hablar es diferente, un hablar del Reino, de sus virtudes y maravillas ha las cuales hemos sido llamados.

Dr- Pastor Mauricio Loredo

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