HONDURAS EXPORTA MÁS MIGRANTES QUE MERCANCÍA

Ángela Marieta Sosa

Magíster en Derechos Humanos

La relación de datos sobre exportaciones y migración irregular es inusual, porque de hecho casi nunca relacionamos la economía de un país con la satisfacción de derechos fundamentales, pero esta relación de datos nos permite hacer una conexión fáctica estadística que evidencia como resultado, que Honduras exporta más migrantes que mercancía desde el 2023, agravándose la crisis socio-económica que anuncia un deterioro de garantía de derechos humanos sin precedentes, puesto que lejos de que esa crisis estructural histórica sea atenuada, más bien se profundiza velozmente emulando el sistema venezolano.

Conforme a Datos Macro, en Honduras en el 2023 las exportaciones cayeron un 9,79% respecto al año anterior, por lo que se encuentra en el puesto 55 de 192 países del ranking de exportaciones respecto al producto interno bruto (PIB), mientras que según el Observatorio de Migraciones Internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) calcula que solo en el primer trimestre de 2024 migraron más de 60.000 hondureños, destacando que no existen datos oficiales sobre el migrante irregular hondureño.

Lo cual es cierto, puesto que los datos oficiales existentes solo apuntan a la migración de tránsito por Honduras, desperfilando totalmente el hecho de que miles de hondureños siguen abandonando el país por falta de oportunidades e inseguridad, así lo demuestran las estadísticas del Instituto Nacional de Migración, que informa extensamente sobre como en el 2023 se cerró con un registro de más de 500 mil personas en tránsito.

Es importante mencionar que Human Rights Watch, entre enero y septiembre del 2023, publicó que el gobierno mexicano reportó que 31.055 hondureños solicitaron asilo en México, sólo superados por los haitianos, es decir el segundo lugar en expulsión de connacionales por factores estructurales como ser la falta de empleo y la inseguridad ciudadana, situación que sigue empeorando debido al abandono del país, de empresas nacionales y extranjeras que por motivos de inseguridad jurídica y fiscal prefieren volar a mejores espacios,  engrosando así las filas de desempleo.

Según la Misión Honduras de Organización internacional para las migraciones (OIM), Honduras es un país caracterizado por ser el origen, retorno, tránsito, desplazamiento interno y, en menor medida, destino de migrantes, por lo cual afronta desafíos en ocasiones compartidos con otros países de la región, pero al mismo tiempo con especificidades que deben ser abordadas desde una óptica nacional y local.

La Estrategia de la OIM para Honduras 2024-2026 tiene por intención responder, de forma integral y en coordinación con las instituciones gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, agencias, fondos y programas del Sistema de las Naciones Unidas, organismos de cooperación y comunidad internacional, y otros actores clave, a los desafíos que la migración y el desplazamiento enfrentan en el país, así como aprovechar las oportunidades existentes que permitan avanzar hacia una migración segura, ordenada y regular. Pero ¿Qué hace el gobierno de Honduras?.

El asunto es, que, si las exportaciones siguen disminuyendo, la inversión nacional se va, la inversión extranjera se ahuyenta y los pocos que van quedando están haciendo un gran esfuerzo por sostenerse, como podrían garantizarse, respetarse y protegerse los derechos humanos de la ciudadanía; y seguramente usted apreciado lector se está preguntando ¿cómo es que se relacionan estos temas?

Sencillo, sin una buena economía no hay derechos humanos garantizados por un Estado, y la gente migra de forma irregular, porque para alcanzar una vida digna se necesita tener trabajo e ingreso en libre mercado; y si aún no lo cree posible le remito al economista Amrtya Sen, quien por primera vez planteó el concepto del desarrollo relacionado con el derecho al desarrollo como derecho humano, en el ámbito jurídico internacional y analizó la conexión y potencialidad de este desarrollo humano con las nuevas concepciones del mismo, como las del buen vivir; así también Ignacio Ellacuría planteó que un derecho no será un derecho humano cuando pierde la vocación de universalidad y si se limita a ser derecho de grupo. Honduras merece mejor futuro, ahora mismo parece difícil tan siquiera vivir un presente en desarrollo humano sostenible, ya que la máxima de “exportaciones” son los migrantes irregulares y regulares también (caso de los que se van para España o Estados Unidos con visa de turista) por falta de oportunidad, empleo e inseguridad ciudadana.