Historia de la Virgen de Suyapa: Fe y Devoción en Honduras
Por: Marlon Laguna
Tegucigalpa, Honduras. La Virgen de Suyapa, también conocida como La Morenita, es una advocación mariana que ocupa un lugar especial en la religión católica en Honduras. Su historia se entrelaza con milagros, devoción y peregrinajes que han perdurado a lo largo de los años.
La representación de la Virgen se encuentra en la Basílica de Suyapa, ubicada en Tegucigalpa. La estatua, una pieza de cedro de 6.5 cm, posiblemente tallada por un artista principiante, muestra a la Virgen con una cabeza ovalada, cabello liso a la altura de los hombros y manos colocadas en posición de plegaria.
La figura está cuidadosamente vestida con ropa fina de seda y plata, y se mantiene adherida a un marco de oro adornado con rayos de luz y estrellas en la parte superior.
Cada año, la celebración de La Morenita convoca a peregrinos de distintas partes de Honduras y Centroamérica, quienes llegan a la Basílica de Suyapa para rendir homenaje a esta figura venerada.
Descubrimiento Milagroso: Un Relato de Fe
La historia del descubrimiento de la Virgen de Suyapa ha sido contada de diversas maneras, pero la versión más aceptada se remonta a finales de enero o principios de febrero de 1747.
Según la tradición, el trabajador agrícola Alejandro Colindres, acompañado por un niño de 8 años, fue enviado por su madre a limpiar campos de maíz en la montaña del Piliguín, al noreste de Tegucigalpa. Atrapados por la noche, decidieron pernoctar al aire libre.
Durante la noche, Colindres sintió un dolor agudo en su costado y descubrió que estaba acostado sobre algo. A pesar de la oscuridad, tomaba y arrojaba el objeto que le molestaba, pero este siempre volvía.
Al amanecer, Colindres se dio cuenta de que se trataba de la estatuilla de una virgen. La llevó a la casa de su madre en la Villa de Suyapa, donde se construyó un altar de madera para su veneración.
Las primeras narraciones escritas sobre el descubrimiento no mencionan el nombre del campesino, y hay variaciones en la identidad de Isabel Colindres, quien en algunos documentos figura como hermana de Alejandro.
Veneración y Milagros: Un Camino de Fe
La estatuilla de la Virgen permaneció en el altar de la familia Colindres durante 21 años, hasta que en 1768 se le atribuyó su primer milagro: la curación de don José Zelaya Midence de piedras en la vejiga. Este acontecimiento marcó el inicio de la atención pública hacia La Morenita.
En 1777, la familia Colindres recaudó fondos para construir una capilla que albergara la estatuilla. A lo largo de los años, la devoción creció, y en 1925, el Papa Pío XI la declaró Patrona de Honduras bajo el título de Nuestra Señora de Suyapa, estableciendo el 3 de febrero como su día festivo.
En la década de 1950, se erigió la Basílica de Suyapa cerca de la capilla, donde la estatuilla se traslada cada año durante su celebración para dar cabida a la multitud de devotos de Honduras y Centroamérica.
La Virgen cuenta con un grupo de conserjes, la Orden de los Caballeros de Suyapa, fundada en el siglo XX, encargados de su cuidado. Acompañan a la Virgen en sus viajes por Honduras, una tradición anual en el mes de febrero.
Robos y Devoción Inquebrantable
A lo largo de su historia, la Virgen de Suyapa ha enfrentado desafíos, incluyendo dos robos. En 1936, una enferma mental la sustrajo, y en 1986, fue encontrada despojada de su traje con oro y plata en un baño de hombres en La Terraza de Don Pepe. A pesar de estos incidentes, la fe de los devotos permanece inquebrantable.
La Virgen de Suyapa es honrada a través de canciones, siendo «Virgen de Suyapa» de Paco Medina considerada un himno que resuena en el corazón de los hondureños.
La historia de la Virgen de Suyapa es un testimonio de fe, milagros y devoción que ha perdurado a lo largo de los siglos, consolidando su lugar como un símbolo sagrado en Honduras. El Palmerola Online.Com.