Frutos del espíritu y obras de la carne

Por. El DR. Mauricio Loredo

“A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras  serás justificado, y por tus palabras serás condenado.”

S. Mateo 12:32-37 RVR1960

Estos versos son muy fuertes y son un llamado a la reflexión  muy profunda para un pueblo que espera la venida del Señor.

Los frutos brotan de lo más interno y las obras son lo más externo pero que no sabemos su origen o su por qué se está’ haciendo.

Las palabras que brotan de lo más profundo de nuestro ser y que expresamos en el día a día  es producto de la semilla que está en nuestro ser.

¿Qué semilla está trabajando en usted?

El árbol bueno solo puede ser identificado como bueno por su fruto bueno o sea lo que brota desde adentro de lo muy profundo del árbol.

Dar buen fruto no es algo fácil , pues se necesita una buena línea del árbol o un buen injerto , así como el Espíritu Santo entra en la persona como un injerto, ya que sin ese injerto espiritual o sería posible fruto . Este hecho  hace en la persona algo aún más visible, pues su fruto será aún más grande, jugoso y más resistente a las enfermedades.

El buen árbol entonces se conoce por su fruto, no por sus ramas, ni por sus hojas, sino por su fruto o sea lo que hace que alguien se alimente de Él.

Posible sus hojas no sean muy frondosas o tenga muchas ramas secas, pero su fruto es el que es buscado y si es bueno, será apto para dar vida y si es malo su fruto es para desecharse.

El buen fruto es sinónimo de algo que  va a dar sustento y que no hay gusano en él, y además el fruto aunque sea comestible es malo para la exportación, ya qué hay estándares para ser transportados o exportados.

Veamos en la palabra la siguiente descripción

“Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer. Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré. Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón. Y como los higos malos, que de malos no se pueden comer, así ha dicho Jehová, pondré a Sedequías rey de Judá, a sus príncipes y al resto de Jerusalén que quedó en esta tierra, y a los que moran en la tierra de Egipto. Y los daré por escarnio y por mal a todos los reinos de la tierra; por infamia, por ejemplo, por refrán y por maldición a todos los lugares adonde yo los arroje. Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.”

Jeremías 24:2-10 RVR1960

Fueron deportados o transportados los buenos higos, no los malos.

El Espíritu Santo de  Dios es la persona necesaria para poder generar el mejor fruto (los frutos del Espíritu) no los frutos suyos del árbol humano que tiene enfermedad y necesita el injerto espiritual.

Así que todo lo bueno que usted tiene o brota de usted no es usted, es el Espíritu Santo trabajando en usted.

Así que no se enorgullezca de usted mismo, enorgullézcase de que conoce a Dios y lo entiende

Jeremías 9:24 dice

: Mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce, pues yo soy el Señor que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco —declara el Señor.

Qué tristeza da, que la personas no puedan ver los frutos del Espíritu Santo que brotan de las personas que tienen al Espíritu Santo haciendo esas proezas y solo se limiten a menospreciar esa maravilla asómbrate,  que trabaja en aquellos que han creído a Dios en sus 3 manifestaciones o personas (es un mismo Dios) y le aman con un corazón limpio y creyente.

No ponga usted bozal al buey que Trilla, déjelo que trille y eso será bendición a la humanidad.

Los verdaderos frutos que brotan de los árboles ya injertados son causa de envidia en los que no creen.

Usted desea tener ese encuentro con Jesús y que le dé esa oportunidad de ser guiado o guiada por el Espíritu Santo el cual nos guiará a toda verdad!

Este es el tiempo de venir a Jesús y pedirle perdón y que pueda entrar en su vida y darle espacio al santo espíritu de Dios hacer esa obra fructífera de su vida que no podría hacer sin la ayuda de Él.

Estos son los frutos del Espíritu Santo:

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.”

Gálatas 5:22-26 RVR1960

No permita que las obras de la carne hagan morada en usted y lo lleven a la perdición y son estas:

“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”

Gálatas 5:19-21 RVR1960

Vivamos en el Espíritu, dejando atrás las obras de la carne.

Dios les bendiga

Hermano Mauricio Loredo

Ministerios MEMTS

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