En Siguatepeque del ayer recordamos al señor Agustín López Pacheco el hondureño que puso sus sueños a volar construyendo su propio helicòptero

Siguatepeque-Comayagua. En Siguatepeque del ayer, hoy recordaremos al señor Agustín López Pacheco quien con su dedicación e ingenio pudo construir su helicóptero

A través del siguiente reportaje realizado por mi persona el 17 de enero del año 2011 en el entonces Diario El Tiempo de Honduras, volveremos a vivir esa mágica conversación amena en vida, con el señor Agustín López Pacheco (QEPD) y que posteriormente rememorè en el prestigioso diario La Prensa el 24 de noviembre del año 2019.

A manera de anécdota, gracias a ese reportaje el grupo internacional Coldplay le dedicó una canción al señor Agustín López Pacheco en reconocimiento a su integridad, tenacidad y humildad enalteciendo el municipio de Siguatepeque localizado en la zona central de Honduras . Marlon Laguna Salgado.

AGUSTÍN LÓPEZ PACHECO EL HOMBRE QUE PUSO SUS SUEÑOS A VOLAR

Para unos es el Leonardo Davinci hondureño, para otros un excéntrico hombre de edad que desperdició su vida persiguiendo un sueño que nunca pudo alcanzar. Pero lo que sí es cierto es que este hombre de 73 años, hizo sin ningún recurso económico, lo que jamás un hondureño  ha podido realizar  como el de construir y poner a volar un helicóptero.

Siguatepeque-Comayagua. En una casa humilde del barrio San Antonio de la ciudad de Siguatepeque,  reside desde hace unos veinte años el señor Agustín López Pacheco de 73 años de edad, quien con mucha alegría nos recibiò al enterarse del motivo de nuestra visita para realizar una entrevista en el diario El Tiempo de Honduras.

Con su mirada entristecida obviamente agotada por el paso del tiempo, “don Tin” que de ahora en adelante así lo llamaremos a petición suya, nos comienza a relatar sobre su sueño que pese a su edad lo recuerda como si fuese ayer.

No podemos dejar pasar por alto las condiciones paupérrimas en la que “don Tin” sobrevive junto a otra anciana que es la que desde hace varios años lo cuida y que muy respetuosamente y con dulzura la llama su “ama de llaves”.

“Don Tin” me invitó a sentarme en la única silla de plástico que posee y desde su silla de ruedas y la chatarra acumulada que posee y uno que otro ratón que pasó por entre mis piernas, comencé a escuchar la fantástica historia que me caló en lo más profundo de mis sentimientos, haciéndome pensar en las fantasías y sueños en la que vivimos sumergidos la mayor parte de los hondureños y sobre todo en el olvido en que viven nuestros pobres ancianos de esta querida Honduras;

Periodista: ¿Dónde Nace “Don Tin”?

“Don Tin”: “Me alegra que haya venido porque me gusta la libertad humana, la libertad de expresión y deseo que Honduras sea un país en donde tengamos una mente progresista sin importar el nivel social para que todos podamos ser felices. Mi nombre es Agustín López Pacheco y nací en 1938 el 5 de mayo en Rió Bonito en el municipio de Siguatepeque en el departamento de Comayagua”.

Periodista: ¿A qué edad comienza a tejer ese sueño de construir un helicóptero?

“Don Tin”: “Exactamente cuando yo salí de la escuela de sexto grado en 1955, pero por la condición económica de mis padres y por su manera de pensar no pude comenzar ese sueño y tuve que trabajar para ganarme el sustento trabajando como zapatero”.

Periodista: ¿Cuánto tiempo trabajó en ese oficio?

“Don Tim”: “Trabajé 25 años en el oficio y con lo que ganaba me ayudé a comprar tornillos, alambre, algún material que ocupaba, pero cuando me di cuenta que el material no servía para hacer el helicóptero se me ocurrió ir a la chatarrera a buscar piezas que me sirvieran porque la mayor parte de las piezas es chatarra encontrada en la basura”.

Periodista: ¿Y que le decía su esposa de esa idea de construir un helicóptero?

“Don Tim”: “No hermano yo yunca me casé ni tuve hijos porque en aquella época me tocaba trabajar hasta 16 horas diarias en el taller de zapatería y después me dedicaba a la construcción del helicóptero”.

Periodista: ¿A qué edad comienza la construcción del helicóptero?

“Don Tin”: “A la edad de 18 años”.

Periodista: ¿Cuánto tiempo tardó en construirlo?

“Don Tin”: “El primer helicóptero que hice me tardé en hacerlo 5 años porque con este ya son cinco modelos de helicópteros los que he hecho”.

Periodista: ¿Cuál de todos los modelos pudo hacerlo volar?

“Don Tin”: “El cuarto que fue anterior a este, brincaba, despegaba pero volvía a caer y con lo que vi que le faltaba espero que este nuevo vuele, que el vuelo sea por lo menos un poco sostenido o por lo menos que avance si quiera un metro, si logro que avance entonces tenemos la victoria ganada”.

Periodista: ¿De dónde obtienen la energía sus aparatos para impulsarse?

“Don Tin”: “Uno mantiene el movimiento con la mano en este pedal como si le da vuelta a un molino y los demás sistemas que tiene le dan vuelta a la hélice de arriba, el sistema permite que la energía cinética  que impulsa la mano la aproveche la hélice y la va multiplicando de manera que cuando la fuerza pasa a la hélice este tiene 40 mil libras de fuerza, de este manera el peso del que se sienta en el aparato es anulado y el helicóptero se levanta”.

“Don Tin”: ¿A donde aprendió usted estos principios de física?

“Don Tin”: “En primer lugar en un sueño que tuve se me metió el modelo en la cabeza y después de aprender la zapatería aprendí mecánica diesel por correo con una escuela de Estados Unidos por tres años y con ese estudio pude iluminar más la idea para hacer esto y otro montón de cosas más.

En San Pedro Sula viví por un tiempo y un maestro de zapatería me iluminó con una frase que me dijo; “Agustín es usted muy inteligente para la matemática y los inventos son matemática”, aquella frase me quedó y me preocupé más por aprender y leí todo lo que pude hasta de la teoría de la relatividad y muchas cosas más sobre ingeniería porque soy voraz para leer y con esto he construido este sistema. Luego me empapé con lo de la energía cinética me lo metí en la cabeza y así es como usted puede ver este modelo que está bastante adelantado y que por fe yo se que está listo para volar”.

Periodista: ¿Actualmente de que vive usted?

“Don Tin”: “Usted tiene razón hermano en hacerme esa pregunta, actualmente vivo de la ayuda que me dan algunas personas”.

Periodista: ¿Quién lo cuida?

“Don Tin”: “La viejecita que lo recibió ella me cuida, ella es mi “ama de llaves”, solo estamos los dos, ella se llama María Victoria Miranda Domínguez, ella me cuida desde hace 17 años, yo no me pude casar porque como le dije para las jóvenes de mi época era una locura lo que estaba haciendo y entonces me tuve que quedar soltero”.

Periodista: ¿Piensa usted que ha invertido bien su tiempo o lo ha desperdiciado?

“Don Tin”: “Yo me siento inmensamente feliz porque mi meta ya está cumplida y mi única preocupación es de cómo toda esta sabiduría que Dios me dio, poderla transmitir en los colegios, en la universidad que es la máxima casa de estudios porque me da tristeza ver todos esos jóvenes fuertes y elegantes solo haciendo huelgas, peleando y «jodiendo», me duele mucho porque la juventud es la que debe de aprovechar uno para llegar hacer grande uno mismo y el país.

Dios no nos ha creado para vivir como bestias, peleando o en guerras sino para darnos una gloria inmensa que está preparada para los que la buscan. Yo pienso que he hecho algo bueno y me siento muy satisfecho pero no orgulloso, sino como un hombre que triunfa ante cualquier problema a vencer”.

Periodista: ¿Alguna vez ha recibido ayuda económica del gobierno?

“Don Tin”: “Yo no lo sé porque la ayuda que recibo no se si es de la comunidad donde me formé espiritualmente o de quien”.

Periodista: ¿Ha recibido alguna vez el bono de la tercera edad o el bono diez mil?

“Don Tin”: “Pues yo tampoco lo sé hermano porquè esta anciana es la que provee la comida y las pocas ayudas, yo me siento feliz conmigo mismo porque siento que cumplí con mi deber y ahora sé que ya puedo morir tranquilo”,  concluyó.

Después de esta interesante y fantástica conversación con “Don Tin”, le solicité permiso para hacer unas fotografías de su aparato y del lugar humilde en donde residía, constatando las condiciones infrahumanas en las que él está viviendo sus últimos años junto a su ama de llaves como le llama.

No puedo negar que me despedí de “Don Tin” un tanto perturbado por lo que había visto, aunque su increíble relato valió más que las emociones que como periodista hubiese podido sentir.

Al salir del lugar me introduje la mano en el bolsillo para sacar un dinero que portaba  y le dije a la persona que me acompañaba, que le diera esa donación a “Don Tin” para que se ayudara en algo, pero muy sabiamente me respondió que no lo hiciera en ese momento y que dejara volar con dignidad por un momento los anhelos de Agustín López Pacheco, un hombre que puso sus sueños a volar. E.P.Com.

Para ver el vídeo acceda al siguiente enlace; https://youtu.be/oqZ56-RMbNc

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